jueves, 17 de diciembre de 2009

Hortensia - hoy, material de estudio

Fue tanta mi admiración por aquella publicación, que si debo escribir para contar todo, no me alcanzaría una resma de papel.

El párrafo que sigue, lo saque de Internet, de los miles de blog dedicados a Hortensia.
Más abajo, una pequeña anécdota personal y una aclaración científica entre bulbo y papa.

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El nombr
e de la revista Hortensia, proviene de una conocida demente del barrio Santa Ana, de Córdoba, que vendía bulbos de hortensia y que se levantaba la pollera mientras escupía palabrotas vergonzantes.
Fue editada por Alberto Pío Augusto Cognini a partir de finales d
el año 1971, en con el apoyo de su esposa, Sarita Catán.
En el primer número (agosto de 1971), Cognigni firmaba con el seudónimo “El Irresponsable” un editorial que planteaba no sólo las características que tendría desde entonces Hortensia, sino además lo poco pretencioso de la iniciativa:
“La mayor virtud de los co
rdobeses, esa irrespetuosa afectividad; esas ganas de reírse de alguien y que se rían de él, apresuró este parto que se llama Hortensia. La legendaria Papa le presta su nombre a una revista con propósitos altamente indefinidos.
Una publicación con vocación de fayuta, capaz de durar un solo número, no merece ninguna confianza de nadie -ni siquiera la nuestra- pero hay algo que nos consuela: ninguna revista sobrevivió demasiado tiempo en Córdoba“.

Durante diecinueve años Hortensia fue esperada quincenalmente por ávidos lectores, siendo la única revista de humor del interior que superó las murallas porteñas y dando a conocer el popular humor cordobés.
Su primera tirada fue de
2.000 números pero llegó a superar los 100 mil.
Hortensia, contuvo a grandes humoristas, caso concreto: Roberto Fontanarrosa, Caloi, Bróccoli, Lolo Amengual (Lorenzo Amegual), Crist (Cristóbal Reynoso), Ian, Chamartín (historietista), Peiró (Manuel Peirotti), Hermenegildo Sábat y todo aquel que asomaba un chiste, cu
ento o idea por cuanto boliche se desparramara la figura de Cognini, Oviedo y demás virtuosos atorrantes de Hortensia.
La desaparición de Hortensia fue inevitable, dado que era directamente proporcional a la vida del matrimonio Cognini, tal es así qu
e, con la muerte de Cognigni el 16 de junio de 1983, un año después que su mujer, desapareció de los escaparates, para pasar a ser material de estudio – en esto coincidimos varias veces con el Negro Fontanarrosa- cada vez que se intente hablar, escribir o determinar el humor del país.
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Hortensia y mis ventas

Por sus giros idiomáticos, el cordobés es distinto a todos, en la redonda (región) de la provincia madre de Hortensia, es decir: Santa Fe, San Luis, Santiago del Est
ero, La Pampa y Mendoza, la revista cobraba una dimensión muy distinta. Rosario –por el Negro Fontanarrosa, era el epicentro santafesino de la publicación, y desde allí, salía al sur de Santa Fe y norte de Bs. As.
En mi pueblo se vendían 96 números, de los cuales 40, me daba el lujo de repartir en medio de una ciudad que n
o llegaba a los trece mil habitantes (fui canillita en bici).
Solo Clarín y el Gráfico la superaban en venta, pero no creo que en lectura. Hortensia pasaba de manos en manos, entre vecinos y amigos, hasta el punto que una de los Circuitos Cerrados de Radio, la utilizaba a la mañana para leer los chistes como si fueran de ellos.
En 1974 o 75, la verdad no estoy seguro, conocí al Gordo
Oviedo, gran cuentista y relator de historias. El gordo, en una mesa de un bar cerquita del Teatro Rivera Indarte, me había prestado su atención para una nota. Allí a la pasada me fue presentado el director de Hortensia. Cuando le dije que había repartido su revista en Colón, Bs As, y la cantidad que se vendía, no lo podía creer. Rosario, con casi 500.000 habitantes, no vendía más de 800.
Al sentarse junto a nosotros, esperó con paciencia los diez minutos que duró la nota con el gordo, y luego, copetín o Vitró (vaso), como dicen ellos, me autografió una revista, se sacó una foto conmigo y hasta me invitó a cenar, cosa que lamenté no poder, pero tenía que laburar en Cosquín, cubriendo el festival para ganarme unos mangos.

Cuando me fui a Salta a trabajar, la foto quedó en la pensión adonde paré mucho tiempo como recuerdo para esa gente que me cobijó y quiso como uno más de la familia, y la revista, me la quemaron los milicos, junto a discos, libros y cuanta cosa subversiva se encontró aquel día en la pensión de La Plata, y como si fuera poco, me cagaron a patadas. Pero a pesar del dolor del cúbito… lamenté mucho haber perdido aquellas cosas, entre las que estaba aquella revista.
Pero cerremos el tema, quiero decir que, la revista llegó a editar más de cien mil números, de los cuales me co
ntaba Fontanarrosa, se llegaron a vender –promedio- más de setenta y pico, y en épocas de vacaciones, se superaba los cien mil.
Tal vez, Humor pudo he
redar aquel imperio de confianza, placer y amor que tenía la gente por Hortensia, pero eran otros hombres, otras propuestas y otra forma de hacer, escribir e interpretar el humor.

Aclaración:
Para nosotros, en el interior, no es el bulbo de Hortensia: Es la PAPA de Hortensia… Tomá!!!

NOTA

Está demás, que aclare que las fotos las recopilé de varios blog's que existen en internet.
Para leer mejor los chistes, haga click sobre las fotos.

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Lograr establecer en un blog todo lo que le puede llegar a interesar al ciudadano/a común, es el sueño de todos.
Por tanto, quiero lograr que los argentinos tomemos conciencia, que existe una historia paralela, a la que se escribe desde los medios de comunicación que vemos y escuchamos día a día.
Trataremos de sumar especialistas, de reconocer en algún blog colega, notas y críticas que pueden dar un valor agregado a toda la información con que nos batallan día a día.
Recibiremos su opinión, su artículo y cuanto pueda ser de ayuda, para lograr el objetivo.
Espero lograr la complicidad de todos, para que nos sirva a todos.
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